jueves, 9 de diciembre de 2010

Papeles viejos

He rescatado una serie de entradas que escribí en un blog que eliminé por varias razones. Voy a dejarlas aquí pegadas, una detrás de otra... Pero sólo las que sigo llevando en mente y corazón. Hay demasiadas cosas que han cambiado desde entonces.




Respirando humo

No me reconozco. Me siento como una extraña en mi cuerpo. Intento hablar, comunicarme. Pero no puedo; las palabras me abandonan, se desvanecen. No encuentro la manera de expresarme. 

Llevo unos días sin muchas ganas de nada. Se me acabó la batería.
Me siento contaminada de humo. 
Sinceramente, no sé qué me pasa. Simplemente me siento amargada, podrida por dentro. Nada me hace reír, todo es fingido. Sonrisas torcidas, miradas perdidas. Falsedad en todos los rincones. Y me siento mal, no quiero estar así. Sin embargo, no puedo evitarlo.


Tampoco sé del todo la razón. Todo se me está mezclando últimamente, y la angustia me ha machacado hasta el punto de no sentir nada, ser insensible. Ahora me siento incapaz de hablar con alguien, pues asustaría a cualquiera. Digo frases sin sentido, inconexas para los demás. Porque no me apetece tratar de hacerme entender. Estoy cansada, ya no le doy vueltas a las cosas y digo lo que pienso sin pensar.
Intentan ayudarme, lo sé. Pero tampoco me apetece ningún tipo de ayuda. Ni siquiera tengo ganas de explicar qué me pasa; sé que no lo van a entender, porque ni siquiera hay algo que entender. No me pasa nada. Pero aun así, estoy de esta manera. 

Dado a mi estado de ánimo, me siento alejada de todo el mundo. Como si todo fuera una broma, todo me parece exageradamente surrealista. La gente que ríe por cualquier cosa y ven la vida de color rosa; me parecen absolutamente ignorantes, despreocupados. ¿Acaso no les importa ya nada? 
Me siento como una extraterrestre que acaba de aterrizar a un nuevo mundo completamente diferente. O completamente del revés, como si ahora todos fueran extraterrestres y ahora yo la persona más cuerda del planeta. 
Pero sé que no es cierto.


Untitled 1.0

Está bien ser egoísta. Dedicarse unos momentos a uno mismo, para poder disfrutar por fin de la vida y dejar de vivir por los demás.
Pero no en exceso. 
Tú has sobrepasado el límite. 

El egoísmo se ha convertido en tu excusa para dejar de lado a todo lo demás. Y el victimismo ha dado paso a una ignorancia cruel. ¿Que nadie te entiende? ¿Que nadie te ayuda? Porque no miras. No ves. No sientes. ¿A caso no nos estás viendo? Estamos aquí, apoyándote. Luchando para que estés bien. ¿A caso sabes lo que sufro cada día con la simple idea de que tu surrealidad haya rayado la línea de tu desesperación? ¿A caso sabes lo que sufro pensando en la sola idea de que esa desesperación te lleve a hacer alguna locura?
Y lo peor es que tú solo la inventas, la creas. Esa idea no existe. No estás solo.


Y odio que no me consideres, que hables con dramatismo diciendo que no te queda nadie. Parece que no me tomes en cuenta. Claro, yo no importo. Y ella tampoco. Ella, que lo hace todo por ti.
Que sepas que te odio, por este infantilismo. Parece un teatrillo. ¿Ahora que harás, suicidarte para que todos sientan lástima?

Quizá exagere, porque no quiero que te pase nada malo. Pero me exasperas, de verdad. DEJA LAS ALUCINACIONES, y vuelve al mundo REAL. Porque no puedo con esto. 
Por mucho que te lo grite, por mucho que te lo diga... No me vas a hacer caso. Todo lo que recibo a cambio es silencio. Estoy cansada.
Y lo peor es que cada susurro resbala sobre ti. No me tomas en serio. No tomas a nadie en serio. Juegas con los sentimientos de la gente sin apenas darte cuenta; tu narcisismo ha ascendido hasta cegarte por todo lo demás. Abre los ojos.

Dejo caer el paraguas ante ti, gilipollas, porque me harto de tus jueguecitos.



Untitled 2.0

Sin título

Cuando sientes un nudo en la garganta, esparadrapo en la boca y arena en los pulmones... Cuando sientes que deberías decir mucho, pero sin embargo, no sabes qué decir. Buscas explicaciones a tus actos, intentas justificar pensamientos..., pero fracasas en el intento. No eres capaz de analizarte completamente. Un enorme peso te oprime, la carga es excesiva. Pero no hay nada. Sólo silencio
¿Y qué recibes?
Más silencio.


Y decepciones...

sábado, 4 de diciembre de 2010

¿Sin raíces?

Cuando era pequeña mi mundo era estable, seguro. Lo que pasaba, pasaba por algo, y yo sabía qué era lo que tenía que hacer. Sabía que era lo bueno, y también sabía qué era lo malo. Mi mundo giraba alrededor de las personas que admiraba, de las personas a las cuales quería impresionar. Quería que se sintieran orgullosos de mí, y mi mayor miedo era decepcionarlos. Los tomaba como ejemplos, y soñaba con ser algún día tan buena persona como ellos.
Pero poco a poco, esas personas van desapareciendo de tu vida. Te vas haciendo un poco más mayor y tu camino se va separando cada vez más de esos ídolos que habías tenido... Notas que ya no eres el centro del mundo, que tu vida ha cambiado y que ahora ya nadie se fija tanto en ti como antes. Incluso parece que ya no te quieren como antes, y la nostalgia es tu única compañera.
He tenido varios profesores a los que admiraba profundamente y los quería, pero en concreto voy a hablar de una profesora. Toda mi infancia la admiré muchísimo, y cuando dejé la primaria seguí pensando en ella de la misma forma que antes. Me descubría pensando a menudo si ella se sentiría orgullosa de mí al verme ahora, o cuál sería mi reacción al verla.
Pero un día me di cuenta de que yo sólo fui una alumna. Una niña entre muchas otras a las que debía inculcar unos conocimientos..., una como las demás de la que probablemente ahora tendrá un vago recuerdo. Y eso... Pensar eso, poner los pies en la tierra, me hizo romper con todos mis esquemas. Me desmoroné.
He perdido mis raíces, mis ejemplos, mis ideas sobre lo que está bien y lo que está mal. Nada se reduce a todo eso, el mundo es mucho más amplio y la vida no se limita a cumplir las cuatro palabras que dijiste que harías. Te llevas muchas decepciones, sí, y hoy os quería hablar de eso. 
Hubo una vez en que la persona a la que admiraba me ignoraba por completo, y me sentí mal por mucho tiempo. Hubo otra vez que una de las personas que más quiero se fue lejos y pocas veces volvió a ser como antes. Hubo otra vez en que una persona muy importante para mí encontró alguien que sirvió como sustituto.
Y siempre, siempre va pasando. Las decepciones se van acumulando una tras otra, y supongo que este es el momento en que se rompe con las ilusiones de los niños pequeños. En cuanto ves destrozado el mundo que te acogía antes, y te das cuenta de que no hay nada que pueda ponerte en pie. Pierdes el equilibrio... Y como siempre, tardas en recuperarlo.
Espero que todas las personas a las cuales admiré estén bien ahora mismo, estén donde estén... Porque yo siempre les voy a guardar un hueco en mi memoria como algo especial.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Pequeña anotación sobre el día de hoy

Espero que todas las personas experimenten la felicidad en algún momento, algún día. Es algo que vale realmente la pena, es el momento de uno mismo. 
Y por un momento, parece que comprendes qué es la vida. 

Son momentos efímeros, pero sólo tuyos...